TRANSITANDO

miércoles, 12 de febrero de 2014

La ciudad sigue su curso mientras yo aterido sigo esperando un recurso de esperanza en tu ausencia. No sé cómo explicar un dolor tan profundo, sentido en la causa de un amor prohibido. Debo ser cauto pues las lágrimas vertidas empañan mis ojos hasta perder la vista y no ver más allá de lo sensato, que sería abandonar esta tristeza por alguien tan sincera que reconoce su dolor pero no su solución. Vivir de esta manera no es fácil, mi mente frágil está ausente en mil frentes buscando explicación a una situación que, siendo franco, no se la deseo a nadie

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